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Docente desarrolla investigación sobre grupos antivacunas

Patricio Oliva expuso este proyecto en el Congreso Nacional de Salud Pública y Epidemiología y en la Universidad de Chile.

Las comunidades virtuales antivacunas nacionales fue el tema de la innovadora investigación que desarrolló en 2019 Patricio Oliva, Coordinador de Investigación de la Facultad de Ciencias de la Salud.

“Las comunidades virtuales en las redes sociales proporcionan el medio perfecto para la comunicación y organización de los antivacunas del siglo XXI. La investigación se enmarcó metodológicamente en una etnografía virtual que estudió cinco comunidades virtuales antivacunas nacionales que se comunican por medio de redes sociales, con más de 3500 comentarios efectuados utilizando diferentes softwares de análisis”, informó Oliva.

Esta innovadora investigación fue presentada en el Congreso Nacional de Salud Pública y Epidemiología con resultados preliminares, y en la Universidad de Chile con los resultados finales. Con la investigación se observa la existencia de un nuevo tipo de agrupación que se enfrenta directamente a las políticas sanitarias nacionales de manera activa y permanente, pero que cuyas consecuencias podrían ser muy negativas en lo epidemiológico.

Oliva agrega que “los resultados evidencian que dichas comunidades virtuales comparten conocimiento en temas legales (para evitar la vacunación infantil), de métodos alternativos a la vacunación o formas de desintoxicación postvacunación. La participación es libre y tiene las características de cualquier comunidad virtual, ya sea en la conectividad permanente, la omisión del espacio y del tiempo para comunicarse, el anonimato o la instantaneidad para las respuestas”.

Sin embargo, uno de los elementos que diferencia a los grupos antivacunas actuales con aquellos de siglos anteriores es la masividad que poseen producto de la tecnología y la utilización de smartphone, alcanzando a miles de sujetos que permanentemente generan estrategias para evitar la vacunación, con los riesgos sanitarios que ya se evidencian en Estados Unidos o Europa (surgieron enfermedades ya controladas producto de la no vacunación).

En este contexto, Oliva agrega que “se observó la existencia de dinámicas comunicacionales propias de estas comunidades en un entorno virtual, clasificándolas detalladamente, lo que permite anticiparse a la conducta antivacuna (en un ambiente virtual) de acuerdo a los estímulos que esta comunidad recibe del ambiente sanitario”.

Cabe destacar que hace siglos que han existido movimientos que se han organizado para oponerse a las medidas de vacunación poblacional, de hecho ya existía rechazo a la técnica de “variolación” que precedía a la vacunación. La vacuna contra la viruela generada por Edward Jenner dio lugar a que diferentes investigadores descubrieran la forma de controlar y erradicar muchas enfermedades mortales.

Es así como los movimientos antivacunas “formales” nacen en Inglaterra, posterior a la sistematización de la técnica de vacunación propuesta por Jenner, y evolucionaron desde reuniones locales a agrupaciones interregionales, socializando sus ideas inicialmente mediante folletos, pero con el avance tecnológico, se utilizan los periódicos, radios, televisión y actualmente, redes sociales.